LA LIBERTAD (del latín. libertas) facultad que tiene el hombre de obrar de una manera u otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. Irónica definición, puesto que el hombre siempre ha estado sujeto a debilidades y temores, es decir el hombre nunca ha sido libre, puesto que le falta ser el mismo. El ser el mismo radica en la facultad de no atentar en contra de su integridad y la de los demás. Un claro ejemplo es el del hombre actual que esta supeditado en la concepción de confort que esta ligado a su necesidad de adquisición y poder, pero esa adquisición se ha convertido en su mayor opresor. El hombre actual recurre a sus instintos más bajos, para lograr su propósito pasando por encima del otro.
Estado o condición de quien no es esclavo. Nos hemos puesto a pensar en nuestros momentos de lucidez, ¿Cuál es el principal derecho que tiene el ser humano? En realidad no es el del derecho a la vida, es el derecho a ser libre. La libertad es un derecho que siempre ha estado constituido sobre una gran falacia, ya que la libertad misma está condicionada desde el instante mismo que somos un puñado de células, regidas por una legislación que busca controlar el individuo y coartar su libertad y que una u otra forma buscan determinar la clase de ciudadano que sea productivo, sin importar su desarrollo y formación como sujeto. Negándoles la posibilidad de creación y la capacidad de ser libres ante un espacio creativo que puede ser generador de nuevas propuestas al cambio.
Estado de quien no está preso. Ante esta definición podríamos vislumbrar varias deducciones. Una es la de no ser preso por nuestras pasiones mas airadas, que desde diferentes puntos de vista no dejan de ser simples pasiones, pero para los otros observadores, pueden ser flancos débiles ante los cuales podemos caer victimas de juzgamientos y condicionamientos. Por otro lado la definición podría conducirnos a la definición de uno de los más cruentos flagelos que azota la sociedad actual, el secuestro. El secuestro cuya definición en términos médicos podría definirse como una porción de hueso mortificada que subsiste en el cuerpo separada de la parte viva. A partir de la anterior definición, podríamos hacer una apología misma del este flagelo que azota nuestra nación. Es definir a los cientos de familias como masas de huesos mortificadas que subsisten separadas de una parte viva –el secuestrado- , quizás viva en la memoria de los parientes o tal vez viva en las cifras de los captores.
Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres. La libertad vista como una facultad de la cual, en nuestra nación no se disfruta pero se carece de ser bien gobernado. ¿Quién dice que el ser bien gobernado radica en ofrecer seguridad a punta de sangre y fuego, y todo a partir del presupuesto de un estado y para satisfacer los caprichos y rencores de un terrateniente? Posiblemente un dictador que no es capaz de calcular un simple operación matemática ni mucho menos de deducir que está cortándoles las alas a un posible proceso de paz y que está poniendo en riesgo el futuro de su “hacienda”, jugando con las cifras de la equidad -educación, salud y agro- de una nación inmersa hostigamientos disfrazados de impresos y teleprompter, augurando victorias de periodos dictatoriales o de ¿vitalicios gamonales?
Facilidad, soltura, disposición natural de hacer algo con destreza. La destreza de nuestras madres que con arraigo, defienden lo que aman (sus hijos, sus padres, su tierra) enfrentándose sin temor a una muerte fratricida, concibiendo no solo hijos de fisto y plomo, sino de carne y hueso, con la esperanza fehaciente de territorios libres de violencia y opresión, MADRES capaces de afirmar que no han perdido su honra y dignidad por que tienen memoria.